El Choco colombiano a través de la mirada de los más jóvenes

 

¿Cuáles son los grandes desafíos de tu comunidad?. ¿Qué caminos hay para salir de la pobreza?. ¿Cómo ves al Chocó en el 2015?. Bajo estas premisas, más de un centenar de niños y niñas del departamento del Chocó participaron en un concurso de fotografías y dibujos en el que se les propuso como gran reto soñar entre todos un futuro mejor para esta región colombiana bañada por el Pacífico y el Atlántico.

“No nos dejemos llevar por la pobreza, intercambiemos conocimiento para no depender de los demás, porque en el 2015 veo un Chocó mejor con la unión de todos”. Sabias palabras de Jarrizón Tafur Lana, joven que participó en el concurso, organizado en el marco de las actividades que impulsa uno de los cinco programas conjuntos que financia en Colombia el Fondo para el Logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (F-ODM).

Estudiante de la Universidad Nacional de Colombia abierta y a distancia, Jarrizón vive en la comunidad de Alto Baudó y lleva vinculado hace seis años a la Asociación Orewa, que representa a 247 cabildos indígenas del Chocó fundada en los años setenta al calor del movimiento estudiantil que lucha para preservar los derechos y costumbres de los pueblos Wounaan, Embera Dobida, Katío, Chamí y Tule que habitan en la región, además de proteger a la Madre Tierra.

“Me gusta hablar sobre nuestros territorios ancestrales y dar a conocer nuestras creencias”, nos explica este estudiante de ingeniería de sistemas que trabaja en el área de comunicaciones de la asociación Orewa, uno de los socios locales del programa conjunto. “Hacemos talleres para hablar de nuestra cultura, porque no queremos que nos olviden y que recuerden nuestros pensamientos ancestrales”.

Entre otras actividades, Jarrizón hace cuñas de radio para promover la seguridad alimentaria entre los miembros de la comunidad. “Mi mensaje para los jóvenes es que nos asociemos, que no nos quedemos a atrás y que unidos todos podemos, que tenemos la capacidad de estudiar y aprender todos los días, y así ir progresando más adelante como lo han hechos nuestros ancestros”.

Con más de un centenar de cámaras fotográficas desechables en mano, el objetivo propuesto por los organizadores del concurso era muy sencillo, a la vez que apasionante: tratar de capturar las imágenes que para ellos representen la riqueza y la diversidad del departamento, identificando así cuáles pueden ser los caminos para abandonar el círculo de pobreza que agobia a sus comunidades.

Miradas curiosas de chicos comprometidos, ajenos a muchos de los estereotipos que a veces nublan la vista a los adultos, que dieron como resultado una selección de veintidós imágenes expuestas a comienzos de noviembre en la ciudad de Quibdó, y que se convertirán más tarde en una exposición itinerante que recorrerá el país para mostrar la realidad del Chocó en diferentes puntos de la geografía colombiana.

“Los muchachos están muy emocionados y comprometidos con esta actividad”, afirmó Freddy Pino, docente del área artística de la institución educativa Santo Domingo Savio, una de las escuelas que participaron en la iniciativa financiada por el programa conjunto . “Es una buena idea para hacerlos reflexionar acerca de su departamento y aportar ideas al progreso de los chocoanos”, añadió.

El programa conjunto “Comunidades Indígenas y Afro-colombianas del Chocó promueven su Seguridad Alimentaria y Nutricional”, en el que están involucradas cinco agencias del sistema de Naciones Unidas, forma parte del trabajo que está impulsando el F-ODM en diferentes partes del mundo para luchar contra la pobreza, y apoya los esfuerzos del Gobierno colombiano para intentar alcanzar las Metas del Milenio en 2015.

Entre otros retos, se propone mejorar la seguridad nutricional de mujeres gestantes, madres lactantes, y niños y niñas menores de cinco años en comunidades indígenas y afrocolombianas de nueve municipios del Chocó, una zona castigada por el conflicto armado, y busca también fortalecer las relaciones inter-étnicas para mantener la armonía del territorio, contribuir a la equidad entre los géneros y reducir la perpetuación intergeneracional de la desnutrición y la pobreza.
 

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